DIFERENTE de LUÍS Mª DELGADO
Diferente es un extraño musical cripto-gay, de Luis M.Delgado, con el bailarín y coreógrafo Alfredo Alaria. Una rareza para el cine español de la época: una apología de la homosexualidad que sorprendentemente, para sus propios creadores incluso, no tuvo ningún problema para estrenarse en 1962, algo que sólo se explica por la torpeza y miopía de los cretinos censores franquistas.

A la poderosa familia de Alfredo no le gusta nada que éste malgaste su tiempo con sus amigos, y sus dos grandes pasiones: el teatro y el baile. Su padre y su hermano, quien se avergüenza de él, intentan que abandone las juergas nocturas y su "diferente" estilo de vida, y así "reconducirlo" al negocio familiar. Alfredo lo intenta, hasta que por fin entiende y acepta que él es diferente.
Es muy probable que el hecho de encontrarme en la interminable lista de niños que han crecido con Mary Poppins hace que la considere de una manera mayor a la acertada. Pero además del hecho de que sea un film pluscuamperfecto para el público más inocente, el que se trate de un antes y un después en el cine clásico con esa banda sonora, ese sentimiento y esa gran fuerza que posee, hace que "Mary Poppins" sea una de las mejores películas jamás llevadas a las pantallas.
Podría ahora mismo poner aquí cientos de puntos, uno tras otro, explicando los motivos por los que sé que el considerar a "Mary Poppins" una película perfecta (o "prácticamente perfecta en todo", nadie se autodefinió tan bien con tan pocas palabras), pero no sólo muchos los catalogarían todos como algo obvio, sino que además sería repetir lo que otras tantas veces se ha dicho: Una banda sonora y canciones sublimes que aún hoy perduran y que han llegado a tocar corazones; unas interpretaciones que se pasan del sobresaliente; una historia tan tierna como emocionante; un etcétera demasiado largo...
Se trata de una película mágica, mágica de lo absurda que llega a ser a veces... Podemos encontrarnos desde el hecho de recoger tu habitación con el simple movimiento de chasquear tus dedos, pasando por meternos dentro de un cuadro pintado en la acera con personajes animados, hasta bailar llenos de hollín en los tejados de la ciudad "al compás" con los alegres deshollinadores. Quizá a veces sus momentos divertidos resulten más bien simplemente agradables (bueno, pongamos MUY agradables).
Imposible olvidar la imagen de mí viéndola con mi hermana tan de peques una y otra vez... Imaginándome a veces que también podría recoger mi habitación chasqueando los dedos y lamentándome porque en mi casa no había chimenea por la que poder subir. No se puede olvidar esa época de inocencia cantando las canciones de Mary Poppins, con la que otros niños y yo aprendimos tantos valores y disfrutamos tanto. Que una película consiga algo así, no es algo que se pueda pasar así como así. Pensaba yo que "supercalifragilisticoespialidoso" estaba en el diccionario. Incluso me entraba mono de dejar de tener pesetas para pasar a tener peniques.
¿Cursi? Diría "tal vez sea cursi"... Pero ¿"Mary Poppins" es cursi? ¿Por qué? ¿Por sus canciones y escenas infantiles? ¿Por la gente bailando en mitad de la calle porque sí? ¿Una película tan cinematográficamente perfecta destinada principalmente al público infantil y que llega a gustar sobremanera a tantos adultos, por su clara actitud pueril, alegre y risueña, se la debe empotrar de una forma tan explícitamente soez el vulgar, seco y simple término de "cursi"? Seamos sensatos, y algunos un poquito autónomos, que ese vox pópuli no tiene por qué convencernos a todos. Simplemente, no ocultéis la huella que deja Mary, vaya lástima.
"Chim Chimeri
Chim Chimeri
Chim Chim Cheri,
La suerte, la suerte
detrás va de mí..."
(Con Mary sin duda sí).
Ángel Límbico
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THE TALES OF HOFFMAN. De Michael Powell & Emili Pressburger

Absoluto Delirio
Delirio Visual elevado a la máxima potencia,... tres cuentos nos son narrados con desigual fortuna, todos ellos cantados y bailados por intérpretes de altura.
Un festín que no puede pasar desapercibido para los amantes de la opera ni de las extravagancias, pese a sus defectos (que los tiene) contiene una serie de hallazgos que seguro han sido tomados por otros cineastas más actuales para homenajearla a su manera (a bote pronto me viene a la mente un número musical de "Chicago" y otro número en éste caso no musical en otra obra muy "particular" por no decir rara "Como ser John Malkovich")
Una pequeña delicatessen para paladares exquisitos y amantes de las rarezas varias.














LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS. De HOWARD HAWDS

Los caballeros las prefieren rubias es una película musical estadounidense de 1953 basada en la novela del mismo título de Anita Loos, y en el musical de Broadway, también del mismo título, de Joseph Fields y Anita Loos.


La película está formada por chistes y números musicales. Es famosa por la interpretación auto-irónica de Marilyn Monroe en el papel de la rubia superficial Lorelei Lee, así como por su número musical cantando "Diamonds Are a Girl's Best Friend".

TOMMY De KENT RUSSELL

Tommy es la única opera rock de la historia. Eso es por lo menos lo que dice Ken Russell, director de esta pequeña joya de los 70 , una película que a parte de tener una soberbia banda sonora compuesta por Pete Townshend , es visualmente una maravilla. Para muchos el peor musical de la historia, para mi uno de los mejores, ¿quién llevará razón?.
“Tommy” se trata del cuarto álbum de estudio de “The Who”, el hecho de que esté considerado una opera rock es porque cuenta una historia mediante sus 24 temas, la historia de Tommy, un niño que se queda sordo ciego y mudo después de ver como es asesinado el amante de su madre a manos de su padre, (en la película sería al revés, quien moría asesinado es el padre). Debido al éxito del disco, que dio a conocer al público en general a “The Who”, se les propuso llevar su adaptación al cine, ahí es donde entró en escena “Ken Russell”, un director conocido por involucrarse en proyectos arriesgados y personales.
Es recomendable ver “Tommy” con las luces apagadas, el sonido todo lo alto que podáis y si la veis en un estado, digamos, de no lucidez, puede que la disfrutéis todavía más si cabe. Si después de todo no os gusta no pasa nada.
LOS 5000 DEDOS DEL DOCTOR T.De ROY ROWLAND

Es… ¡una película para niños! Señores, yo les explico de donde vienen esas cantidades ingentes de dedos, que no dan miedo ni sangran, hombre. ¡Ah! Y si tienen hijos pequeños, ya pueden bajarse por el Emule la película de la que vamos a hablar, háganlo por ellos, se lo merecen.
Bart Collins es un chavalín simpático y la mar de gracioso, pero ahora está triste porque el profesor de piano y su madre le han regañado por no practicar suficiente con el instrumento. Y no tienen razón esos dos adultos sin corazón, el pobre Bartholomeu hace lo que puede, quizás sea que esto del piano no sea lo suyo.
Bien, ahora el crío se ha quedado dormido entre lágrimas de frustración, acongojado por el trato severo que recibe de su señora madre viuda y ese baboso del profesor. Y Bart empieza a soñar… y en su sueño imagina que las cosas han cambiado. Ahora corretea por un inmenso castillo donde un maníaco científico obseso del piano, el doctor T, tiene prisioneros a 500 niños. Les ha dejado sin juguetes ni diversión ni juegos, y los ha condenado a vivir atados a un piano gigantesco en el que deben interpretar el concierto más grande jamás oído, un concierto con un solo piano tocado por 500 niños y… ¡5000 dedos!
Bart ha conseguido escapar de su celda, y vaga por el castillo buscando una solución para salvar a los niños y liberar a su propia madre, que ha sido hipnotizada por el villano, que quiere casarse con ella. En su onírica aventura, Bart conocerá a un fontanero que no dudará en ayudarle a salir sano y salvo de la caza y captura que el doctor T ha emprendido para encontrarlo.
Los 5000 dedos del doctor T es una película que deberían ver de forma obligada nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Yo creo que un niño de 5 a 8 años debería morirse de gusto con Los 5000 dedos del doctor T, se trata de un film con niño como protagonista, envuelto en una historia llena de aventuras ambientadas en un mundo fantástico, donde las formas y los colores parecen salidas de la más libre fantasía infantil, y además, no lo olvidemos, es un musical, y los films con canciones consiguen fácilmente, cual flautista de Hamelín, llevarse a los niños al huerto. En todo caso, espectadores de todas las edades que la hemos podido ver, nos conocemos de memoria su fascinante universo, ese castillo habitado por hermanos siameses en patinete, pasillos y catacumbas recónditas, hombres-tambor y pianos de inacabable longitud.
Desgraciadamente, Los 5000 dedos del doctor T duerme el sueño de los olvidos generacionales, y tan solo despierta en algún pase televisivo a horas en que los niños están teniendo sueños como los del pequeño Bart. Una pena, porque en 1953, año de producción del film, la historia del doctor T tuvo su resonancia, incluso el gorrito con una mano extendida en la punta que lucía Bart fue un hit de ventas (en USA, claro, aquí estábamos con Marcelino pan y vino que, digamos, no generó demasiado volumen de ventas).
Repasando los nombres que hicieron posible esta locura, encontramos a su principal factotum, Dr. Seuss (verdadera identidad: Theodor Seuss Geisel), guionista del film y famoso escritor de cuentos infantiles (en su haber apunten e informen a sus chavales: El gato garabato y el mismísmo Grinch, el morrocotudo tipo verde y peludo que no quiere ni oler la Navidad. Dr. Seuss ha vendido en Estados Unidos más de 100 millones de libros).
El film es una obra de Dr. Seuss en movimiento, él mismo diseñó los surrealistas decorados y los artilugios fantásticos que alegran la vista en muchas de las escenas, y viendo la cinta, uno comprueba que, efectivamente, Los 5000 dedos del doctor T es una obra de autor hecha con el corazón y los sueños más profundos de su creador a partes iguales.
El casting lo encabeza por mérito propio el doctor T, interpretado por Hans Conried, en una perfomance desquiciada que mueve a la risa y a cierto (e inocente, sano) miedo; es un malo revolucionado e histriónico, amigo de los gestos ampulosos y las parrafadas mesiánicas. Es un placer verlo campar a sus anchas por el castillo, intentando organizar el concierto más importante de la historia de la humanidad. El pequeño Bart corre a cargo de Tomy Retting, acompañante de la perrita Lassie en la homónima serie televisiva de los cincuenta.
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THE BEGGAR'S OPERA. De PETER BROOK
The Beggar's Opera (La ópera del mendigo o La ópera del vagabundo) es una ópera de baladas, en un prólogo y tres actos. El libreto es de John Gay y la música probablemente es un arreglo de Johann Christoph Pepusch (la obertura, basada en dos de las canciones del Acto II está compuesta por él, así que se asume que los arreglos de las arias los hizo él, aunque no hay ninguna evidencia de que esto sea cierto). Se estrenó en el Lincolm's Inn Field de Londres el 29 de enero de 1728, con producción de John Rich.
Es una ópera peculiar, más conocida por su libretista (John Gay) que por el autor de la música (Pepusch). Se trata de una obra
satírica que usa algunas de las convenciones de la ópera, pero sin el recitativo. Se basa en los arreglos musicales de otras piezas, como baladas populares, arias de otras óperas (de compositores como Purcell o Händel, himnos religiosos y melodías folclóricas de la época, inglesas, escocesas e irlandesas.
La obra satiriza el interés de las clases superiores hacia la ópera italiana, y al mismo tiempo, ataca al estadista
whig sir Robert Walpole y su régimen corrupto, y figuras como los famosos criminales Jonathan Wild y Jack Sheppard. También habla de la iniquidad social en amplia escala, primero a través de la comparación entre los rateros y las prostitutas de bajo rango con quienes son sus "mejores" aristócratas y burgueses. Es el único ejemplo de la ópera balada que ha permanecido popular hasta nuestros días.
The Beggar's Opera ha influido en comedias teatrales británicas posteriores, y en la ópera cómica del siglo XIX, en particular
Gilbert y Sullivan) - pero sobre todo es el antecedente del moderno teatro musical. Gay usa la norma operística de tres actos, como opuesta al drama hablado de la época que tenía cinco actos), y controla estrechamente el diálogo y la trama de manera que hay deliciosas sorpresas en cada uno de las 45 rápidas escenas y 69 canciones breves.
La idea original de la ópera vino de
Jonathan Swift, que escribió a Alexander Pope el 30 de agosto de 1716 pidiéndole "¿...qué piensas de una pastoral de Newgate entre los ladrones y prostitutas que hay allí?" Su amigo, Gay, decidió que sería más bien una comedia que una pastoral.
Tuvo un enorme éxito, representándose tanto en
Inglaterra como en las colonias de Norteamérica. Se ha seguido representando sin interrupción, siendo una de las más populares en el ámbito anglosajón. En 1920, The Beggar's Opera había alcanzado la asombrosa cifra de 1.463 representaciones en el Teatro Lírico de Hammersmith, Inglaterra.
Ha tenido varios arreglos: Frederic Austen (1920),
Benjamin Britten (1948) y sir Arthur Bliss (1953). Una nueva versión de esta obra es Die Dreigroschenoper (1928) de Bertolt Brecht y Kurt Weill.